La tradición manda preparar una buena cantidad de panellets en familia para degustarlos en la noche de Todos los Santos, con cantañas asadas (chateignes grillées) y vino moscatel, o similar. Claro que nada nos impide (impedir=empêcher) tomarlos con el café o un té, y reservar algunos para regalar(regalar=offrir). Se toman fríos, y mejoran mucho más si se dejan reposar uno o dos días en un recipiente hermético, pues adquieren mejor consistencia y sabor. Esta es la receta tradicional con boniato (patate douce), aunque hay más variantes.
Cocemos el boniato pelado y troceado en agua; una vez tierno escurrimos y chafamos. En un bol mezclamos uno de los huevos con el azúcar y la almendra. Añadimos el boniato y mezclamos hasta obtener una pasta homogénea. Cubrimos con film y dejamos en la nevera seis horas.
Transcurrido este tiempo, separamos la masa en tres partes iguales y a una de ellas le añadimos una cucharada de cacao en polvo, a otra una cucharada de coco rallado y la tercera la dejamos como está.
Con todas las masas formamos pequeñas bolas y las rebozamos (rebozar=paner/enrober) de la siguiente manera: la masa de cacao la rebozamos en azúcar glas, la masa de coco la rebozamos en coco rallado y la masa de boniato la rebozamos en almendra (laminada, picada o en bastones). Precalentamos el horno a 180ºC.
Batimos el huevo reservado y con la ayuda de un pincel de cocina pincelamos cada uno de los panellets de almendra antes de colocarlos (colocar=placer) sobre una bandeja del horno cubierta con papel sulfurizado junto con los otros dos tipos de panellets.
Colocamos la bandeja en la parte central del horno y horneamos (hornear=faire cuire) unos 15 minutos o hasta que los panellets de almendras comiencen a dorarse (vigilando para no pasarnos). Sacamos (sacar=sortir) del horno y los dejamos enfriar completamente antes de pasarlos a la nevera.
Bravo por la música: Juan Pardo